“Además de dinero hasta nuestra dignidad les damos”
La semana pasada me encontraba buscando ropa para una ocasión se podría decir “importante”, en México DF existe una plaza comercial llamada reforma 222 decidí darme una vuelta por ahí esperando encontrar lo que necesitaba primero comencé por una tienda “pull and bear” no me trataron del todo mal pero vigilaban mis pasos poniendo la más minuciosa atención a mis movimientos, no encontré lo que quería así que decidí salir de ahí. A lado de esta tienda se encuentra otra tienda de la línea con nombre “bershka” sin duda la ropa era muy linda con apariencia espectacular como de pasarela aun que a un costo excesivo encontré lo que buscaba pero no la atención que creí que merecía como cliente así que decidí no dar mi compra y pase a la tienda que se encontraba enfrente claro como en los monopolios de estos tiempos también pertenecía a la misma cadena estoy hablando de “zara” entre y percibí las miradas acosadoras comencé por unas blusas que me agradaron pero lamentablemente no había de mi talla, la persona que me acompañaba trato de conseguir la ayuda de uno de los empleados del establecimiento el cual volteo a vernos con desprecio y continuo su camino, fuimos completamente ignorados, sali de ese departamento molesta pero no dispuesta a salir de la tienda. Decidimos subir al piso de caballeros, cuando subimos por la escalera eléctrica un hombre subió al lado nuestro entonces un empleado que ofrecía facilidades de pago se atravesó entre él y nosotros a decirle que la tienda tenia “6 meses sin intereses” nos dimos cuenta de que no éramos considerados clientes si no amenazas que podían producir perdidas en las ganancias de la empresa (les robaríamos) al llegar al piso de caballeros nos vieron con desprecio tanto los clientes como los mismos empleados decidimos buscar algunos accesorios que necesitábamos cuando intentamos recibir ayudar de nuevo fuimos ignorados. En el mismo instante en que pedimos ayuda un hombre alto y rubio se acerco a preguntar por lo que buscaba fue atentamente dirigido a donde se encontraba lo que necesitaba.
Por fin elegimos lo que buscábamos, nos formamos en la larga fila para pagar cuando decidieron ponernos atención. La caja de pago estaba justo frente a la entrada a la vista de todos, un empleado se acerco a decirnos que la caja del fondo estaba vacía si queríamos utilizarla aprovechamos la oportunidad y corrimos a la otra caja cuando llegamos y estábamos pagando nos percatamos de que fuimos los únicos invitados a pagar al fondo.
A lo que quiero llegar al explicar este día es que ellos nos eligen a nosotros, no nosotros a ellos. Eligen quien es su cliente y quien no para no bajar de un status de la tienda. A pesar de que consumiríamos y nuestro dinero valía exactamente lo mismo que las personas más “ricas” fuimos tratados como intrusos y se nos forzó a salir lo más pronto posible de la tienda y aun así les compramos.
No solo somos manipulados por los monopolios si no que estamos consientes de lo que pasa y aun así nos dejamos que se supone que deben creerse que sin ellos nos somos nada al contrario somos consumidores y su trabajo de ellos es convencernos de que su producto es el mejor. No son las únicas tiendas que existen en todo el mundo ni en todo el DF y aun así decidimos seguir comprando aunque somos discriminados, aunque no quieren vendernos estamos desesperados por entregarles nuestro dinero lo que día a día nos cansamos consiguiendo mientras que ellos tratándonos como estorbos del mercado lo obtienen con solo marcar el scanner por la etiqueta de la prenda.
¿Qué es la moda? Un arte o una forma de manipularnos de hacer las clases sociales aun más marcadas pues no toda la ropa es para todos, empezando por la compleción corporal que tengamos y continuando por el nivel económico que poseamos. Al estar consumiendo en este tipo de tiendas estamos fomentando el crecimiento capitalista en el que somos tratados como objetos de consumo y no como individuos.
Sigo sin explicarme como nuestra dignidad ha bajado tanto que hasta para entregarles nuestro dinero debemos aguantarnos ser tratados más bajo que animales y todo para poder aparentar ser algo. Lo que somos o no, no puede decidirse con nuestras posesiones materiales porque el que es imbécil con un millón o con un centavo seguirá siendo imbécil.
